Comida casera
La alimentación es un pilar esencial en mi proyecto. Promuevo hábitos saludables y una relación positiva con la comida, respetando siempre la autorregulación de cada niño o niña, sin forzar ni distraer para que coman. Cada uno come lo que le pide el hambre, a su ritmo, desde la exploración y el disfrute.
Los hábitos familiares influyen en este proceso, por eso para mí es importante percibir cómo vive cada niño o niña la alimentación en su entorno familiar. Involucrar a la familia de este modo permite ofrecer un acompañamiento coherente, respetuoso y ajustado a sus necesidades.
¿Qué comemos?
Cada día preparo un menú casero y equilibrado, basado en alimentos frescos:
- Frutas y verduras de temporada
- Legumbres, cereales integrales y semillas
- Carnes blancas, huevos caseros y lácteos
Las comidas se adaptan a las edades, necesidades individuales y posibles intolerancias, teniendo en cuenta la estación del año y fomentando la variedad a lo largo de la semana. Cocino cada mañana y sirvo la comida templada, lista para disfrutar.
Ejemplo de menú diario:
- Desayuno: Avena cocida con yogur natural y compota de manzana
- Comida: Lentejas con patata y zanahoria
- Merienda: Rodajas de plátano y naranja
El momento de la comida
Después del juego y movimiento de la mañana, la comida se convierte en un momento de calma y cuidado. Nos lavamos las manos, preparamos la mesa y compartimos la comida en un entorno tranquilo, familiar y sin estímulos innecesarios. Fomento la autonomía, el respeto por los ritmos individuales y el placer de comer en compañía.






