Nuestro espacio

Los niños construyen su propio aprendizaje en interacción con su entorno. Por eso, en Oronetes, pongo especial atención a la preparación del ambiente con la intención de favorecer el juego libre, la exploración y el movimiento espontáneo. Considero no solo el entorno físico, sino también el aspecto emocional, entendiendo mi papel como acompañante en un proceso de reflexión constante. Todo está cuidadosamente diseñado para promover la autonomía e independencia de los niños, siguiendo principios que fomentan su desarrollo integral.

El espacio está concebido para que los niños disfruten jugando y puedan participar en diversas actividades, ya sea individualmente o en grupo, de acuerdo con sus intereses. Esto les permite dedicarse con intensidad y concentración a sus actividades durante periodos prolongados. La rutina diaria se ajusta a los ritmos de los niños, y mi rol es el de una acompañante atenta, interesada en sus actividades y que ofrece el apoyo adecuado en el momento preciso.

  • Libertad para explorar: los materiales son completamente accesibles para los niños, lo que les permite elegir y usar lo que necesiten.
  • Diversidad creativa: priorizo ofrecer diversidad de materiales naturales y libres de funcionalidad, adecuados a su etapa de desarrollo que fomentan su iniciativa y creatividad, habilidades sociales, motricidad fina y gruesa, etc.
  • Organización clara: los materiales se presentan de forma ordenada y estética, facilitando que los niños identifiquen fácilmente lo que necesitan para sus ideas.
  • Seguridad emocional: genero un ambiente de apego seguro y confianza que refuerza la autoconfianza de los niños y su impulso natural de exploración.
  • Acompañamiento respetuoso: mantengo una actitud no intervencionista hacia la actividad espontánea del niño, basada en la atención, la presencia y el ofrecimiento de apoyo justo en el momento oportuno.

Poder jugar con elementos naturales (agua, tierra, aire, madera, piedras, plantas, etc.), les ayuda a estar en contacto directo con la naturaleza y a entender el mundo. Los elementos de la naturaleza son compañeros mágicos para los niños. Al interactuar con ellos, se sumergen en una concentración profunda en la alegría de jugar: por ejemplo, hacen equilibrios, recogen agua, distribuyen y pesan, forman figuras con la mezcla de arena y agua y practican la destreza. Pueden sentir y observar la luz del sol, las sombras y también los animales que aparecen en el entorno: pequeñas hormigas transportando comida a un hormiguero, mariposas que revolotean cerca de las flores o pájaros que se posan en los árboles. A menudo forman una comunidad animada de investigadores.

Una de mis tareas es asegurarme de que no se les moleste durante esta valiosa actividad. Sólo la naturaleza ofrece un lugar de tanta actividad pura para los niños. En este entorno pueden entrenar sus sentidos de forma lúdica y adquirir habilidades físicas, psicológicas, intelectuales y sociales que necesitarán más adelante. Por eso pasar tiempo en la naturaleza es una parte importante de mi oferta educativa. La mayor parte del día la pasamos en espacios al aire libre en contacto directo con elementos naturales.

Nuestro día a día se enriquece con salidas a lugares cercanos que despiertan la curiosidad y conectan a los niños con la naturaleza.

  • Huerto y animales: visitamos un huerto familiar donde observamos cómo crecen los alimentos según la temporada: tomates, judías, pimientos… También conocemos a las gallinas, les damos de comer y recogemos huevos.
  • Una casa familiar: muy cerca está la casa de mis padres, que siempre nos reciben con cariño. Allí los niños pueden ver sus tortugas y convivir con dos perritas amigables.
  • Paseos por el monte: Aprovechamos la cercanía del Monte El Calvari para realizar pequeños paseos por el bosque infantil Aire Puro. Caminamos entre senderos, descansamos bajo los pinos y jugamos en plena naturaleza, disfrutando del silencio, el aire limpio y la libertad del entorno.